Sobre todo, en lo referido a las situaciones sociales, en ocasiones pueden sentirse como si el resto de las personas tuviera un Manual de lo Social que a ellos no se les ha entregado, y es frustrante. En este libro figurarían las reglas implícitas de las relaciones, las pistas para comprender el lenguaje no verbal y los sentimientos de los demás… ¡o incluso las claves para entender un chiste! Pero al final, y pese a las dificultades que los diferencian de sus compañeros, a muchos niños con TEA les gusta pasar tiempo con sus iguales y tener amigos tanto como al resto del mundo.
¿Qué pueden hacer sus maestros, sus padres? Lo más importante es acompañarles y hacerles saber que no están solos, que “diferente” no es sinónimo de “malo” y que para llegar a ser un gran experto lo primero que hay que hacer es aprender. Descifrar las reglas de las relaciones es un reto, pero no algo imposible. Y la mejor manera de conseguirlo es practicar, a poder ser con otros niños y niñas, para perder el miedo a equivocarse y superar los obstáculos que los separan de la meta.
Con este objetivo nacen los grupos de habilidades sociales en un espacio terapéutico que aborde sus necesidades y respete su ritmo evolutivo. Así, los peques aprenden a relacionarse en entornos seguros y controlados con ayuda profesional psicológica para vencer las dificultades a las que se enfrentan a diario. De este modo, se trabajan aspectos como la expresión oral y corporal, los turnos en las conversaciones (buscando la participación activa y, por otra parte, que no monopolicen cuando toca hablar de sus temas de interés), prestar atención a lo que dicen los compañeros y a cómo se sienten, o solucionar ciertos problemas sociales que pueden surgir. Aprenderán cómo deben comportarse en cada lugar dependiendo de las demandas del entorno, a hacer amigos, y también a afrontar las situaciones en las que pudiera haber un posible rechazo.
Poco a poco, los niños y niñas con TEA desarrollarán las herramientas esenciales que les ayudará a explotar su potencial en las relaciones sociales. Comenzarán a atender a los signos del ambiente y de los niños de su alrededor, a planificar acciones y a evaluar las situaciones de una forma más flexible. Los retos se harán cada vez más pequeñitos y acabarán dando pasos de gigante con los que podrán hacer frente a los desafíos de las nuevas etapas, en esta ocasión con más seguridad y confianza en sí mismos.
Puede que su Manual de lo Social estuviese en blanco, que hayan tenido que escribir cada palabra, pero siempre tendrán maestros a su lado, dispuestos a ayudarles, hasta que se acerquen al conocimiento de un experto.