Vuelta al cole

El inicio de un nuevo curso suele ser un momento lleno de emociones. Pero no siempre estas emociones son tan agradables como nos gustaría.
02/09/2024
Por Ana Borja
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No nos engañemos… todos estamos deseando que los peques vuelvan al cole. Dicen que el roce hace el cariño… pero también enciende fuegos. Y llevamos casi tres meses de roce familiar. Hay quien está, como diría mi abuela, “más quemado que la pipa de un indio”.

Por otra parte, la conciliación (ese ser mitológico) se complica durante la primera semana de septiembre, cuando los adultos ya estamos en plena marcha.

Entre los niños y las niñas, sin embargo, hay opiniones para todos los gustos. Está el que cuenta los días para volver a ver a sus amigos, la que ya está un poco aburrida y necesita que le estimulen las neuronas y el que vive con preocupación este tiempo de descuento.

Para niños y niñas que lidian con trastornos del aprendizaje o problemas de relación, la vuelta al cole puede generar grandes preocupaciones. Así lo afirma el Instituto de la Mente Infantil (Child Mind Institute) —organización estadounidense sin ánimo de lucro, cuyo fin es el de facilitar las vidas de los niños y las familias que lidian con la salud mental y los trastornos del aprendizaje—, en un nuevo artículo publicado en su Centro de recursos para las familias, a través del cual brinda una serie de recomendaciones dirigidas a las familias, para abordar las inquietudes relacionadas con la vuelta al cole.

Sé realista sobre los desafíos a los que se enfrentan

Si tu hijo ha tenido dificultades en el pasado, es probable que se sienta más ansioso que emocionado por volver a la escuela. Como madre, es tentador centrarse en lo positivo: “año nuevo, vida nueva”, “seguro que este año irá fenomenal”…

Pero pasar por alto los desafíos de tu hijo puede hacer que sienta que su malestar es ignorado o menospreciado y, por lo tanto, no se atreva a hablar de eso que le está dando vueltas a la cabeza: “¿Qué pasa si vuelvo a suspender?, ¿qué pasa si no puedo hacerlo?, ¿qué pasa si tengo que hablar frente a toda la clase?, ¿y si se vuelven a meter conmigo?”

Es mejor reconocer las dificultades de tu hijo siendo directo y franco, no nos engañemos, a ti también te preocupa…

Piensa en lo que suele ser difícil para él o ella: ¿Problemas sociales? ¿Ansiedad ante los exámenes? ¿Problemas para seguir las reglas en clase? Los problemas pasados ​​pueden ayudarnos a entender qué le preocupa (aunque no lo exprese) y proporcionarnos una hoja de ruta para un futuro apoyo y trabajar juntos para pensar en soluciones.

“Recuerdo lo difícil que fue para ti la asignatura de matemáticas el curso pasado, pero ahora sabemos mucho más sobre lo que necesitas para que te vaya bien. En cuanto lleves un par de semanas y sepamos como va la asignatura trazaremos un plan”

Darles a los niños la oportunidad de hablar sobre lo que les preocupa, facilita el poder entender sus dificultades y así ayudarles a dar una respuesta eficaz a sus necesidades.

Toma en serio sus preocupaciones

Los problemas que a ti te pueden parecer pequeños, suelen ser muy serios para tu hija. Preocuparse por no coincidir con ningún amigo en clase, ver a un ‘ex’ en los pasillos del centro, enterarse de que va a tener un profesor ‘que la odia’… pueden ser fuentes de verdadero estrés para ella.

En lugar de ignorar las preocupaciones, intenta validar los sentimientos de tu hija y ofrécele la oportunidad de hablar sobre lo que le preocupa. Hacer preguntas abiertas y sin prejuicios puede ayudarle a abrirse y facilitar que comparta sus preocupaciones. Por ejemplo: “¡No puedo creer que este año comiences la ESO!, ¿cómo te sientes al respecto?” o “¿estás emocionada por volver al cole?”, “¿en serio que te ha tocado con XX (inserta aquí nombre de profesor odiado)? Entiendo que estés preocupada…”

Habla de las cosas buenas

La ansiedad puede quitar importancia o bloquear los buenos recuerdos y ‘ensombrecer’ el año que entra. Las manifestaciones de ánimo grandilocuentes (“¡seguro que te va a encantar!”), pueden resultar ineficaces. En cambio, trata de preguntar a tu hijo sobre cosas concretas con las que haya disfrutado en el pasado. Ayudarle a recordar algunas de las cosas buenas de la escuela (actividades o clases que le gustan, docentes favoritos, amigos/as a los que ha echado de menos durante el verano, etc.), puede ayudar a combatir los pensamientos negativos y moderar el estrés. Trata de alentarle a hacer una valoración de diversos temas, mediante preguntas del tipo: “¿Qué es lo que más has echado de menos del cole durante las vacaciones de verano?, ¿ver a tus amigos?, ¿las extraescolares?; ¿què es lo que esperas con más ganas?, ¿comenzar una nueva asignatura?, ¿unirte a un equipo?”, etc.

Recuerda, la idea no es hacer una celebración sobre lo maravilloso que será el colegio: el objetivo aquí es ayudar a tu hijo a centrarse más en los hechos sobre con los que disfrutó y menos en lo que podría pasar si no lo hiciera.

No presiones

A veces, los niños simplemente no quieren hablar. Todos queremos que nuestros hijas se sientan apoyadas y que les vaya bien, pero a veces lo más adecuado es dar un paso atrás. El objetivo es hacerle saber a tu hija que eres consciente de que este puede ser un momento estresante y que estarás ahí para cuando quiera hablar.

La urgencia de hablar, incluso cuando tu hija no responde, puede deberse más a tus propias ansiedades que a sus necesidades (“si volvemos a tener un año como el pasado no creo que podamos soportarlo”, “necesita encontrar un grupo de amigos sí o sí” … ) Modera tus expectativas y, si tu hija no está lista para hablar o no parece participar en la conversación, no te preocupes. Tendrás muchas oportunidades de conversar a medida que avance el año. Por ahora, el simple hecho de saber que estás ahí y que la quieres y la apoyas puede ser suficiente.

Fuente: Talking to Kids About Back-to-School Worries

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